Para comprender el desarrollo musical de Colombia, es
necesario tener en cuenta las condiciones sociales en las
cuales se ha venido formando nuestra nación a partir de tres culturas: La
aborigen americana, la española y la africana.
Influencia española:
Las expediciones españolas fueron regimientos de hombres de diferentes clases
sociales y niveles de cultura, que luego de los prolongados viajes, encuentros
sangrientos y pasajeras alianzas con los aborígenes, se dieron a la tarea de
tener relaciones con las mujeres indígenas; esta situación se presentó debido a
que los españoles no enviaron al principio familias, matrimonios o mujeres en
sus expediciones.
Con la creación de los centros coloniales y el éxito de las
grandes haciendas, la mezcla entre españoles e indígenas a nivel popular
aumentó y se difundió, pero no dejo de ser una situación de desventaja y
verguenza para los nacidos de estas uniones, a los cuales despectivamente se
los llamaba "mestizos", que no gozaron de libertades o buenas
garantías sociales. Pero esta mezcla no fue sólo de razas; recordemos que los
aborígenes colombianos y los españoles tenían su propio idioma, religión,
danzas,instrumentos musicales, artes y principios morales que comenzaron
a influirse mutuamente para originar una cultura mestiza.
Influencia Africana:
Los aportes culturales africanos nos han llegado en dos épocas diferentes y en
condiciones sociales distintas. Los primeros, se iniciaron con los
rabes del Norte del África y su invasión y dominación de España (siglo VIII al
XV D.C.); los españoles asimilaron durante 800 años buena parte de la cultura
Afro-arabe y luego nos transmitieron esos valores culturales a partir del siglo
XV D.C.
Los segundos aportes se iniciaron a partir del siglo XVI con
la llegada de los esclavos africanos, recibiendo nosotros su influencia en
forma directa. Dada la destinación de los esclavos (minería, ganadería y
agricultura), los sectores de los ríos Magdalena y Cauca y la costa Pacífica.
Si bien es cierto, el comercio de los esclavos africanos comenzó a disminuir en
el siglo XVIII y se frenó en el siglo XIX con la ley de la abolición de la
esclavitud, la cultura africana continuó mezclándose con
la española y en algunos sectores con la indígena, hasta transformarse
actualmente en una de las raíces profundas de nuestra cultura colombiana.
Esta región fue clave como punto de contacto y partida de
expediciones conquistadoras y área de fomento del comercio. Por eso, allí
aparecen antiguas y poderosas ciudades como Cartagena, Santa Marta, Riohacha,
Valledupar y Mompós donde se fusionaron indígenas, españoles y esclavos
africanos.
Las fiestas y la música religiosas española en honor de la
Virgen (La Candelaria, los Remedios, La Inmaculada), la Cuaresma, Corpus
Christi, San Juan y La Navidad, sirvieron para catequizar indígenas y
esclavos y comenzar el mestizaje musical, en el cual también influyeron las
tertulias y bailes en las casas de los españoles acaudalados en donde danzas
europeas cortesanas como la gavota, el rigodón, paspiés, pasacalle, contradanza
y populares como la jota, el fandango y las seguidillas fueron lentamente
asimiladas y transformadas por indígenas y africanos.
Se iniciaron con antiguos cantos de vaquería propios de las
zonas ganaderas de Valledupar, en donde el tambor de un solo parche, llamado
ahora "caja" se unió a la guacharaca para servir de base a
narraciones cantadas, que hablaban de las penurias y anhelos del campesino,
reflejaban la crítica social o la visión picaresca y alegre de esos pueblos
costaneros. Tal parece que sufre influencia de ciertos aspectos melódicos de
los arhuacos y guajiros, luego de los africanos y de los europeos, de
estos últimos con las coplas y décimas y con su aporte reciente del acordeón de botones.
Los festejos religiosos de Navidad, Corpus Christi, San Juan
y las peregrinaciones a los santuarios de la Virgen (Chiquinquirá, Monguí,
Chinavita), sirvieron para unir en el ámbito popular a los españoles y los
indígenas; para crear hacia el siglo XVII el torbellino, los cantos de la guabina y
gran cantidad de juegos danzados.
Nacimiento del Bambuco
Los bailes de fandango, la tirana, el bolero y la seguidilla
de la provincia de Andalucía, fueron muy populares entre la clase media
española asentada en el territorio deColombia. Estos Bailes constituyeron el
punto de partida para la creación de fandaquillos criollos y el capituco, que
evolucionaron y se diversificaron en el siglo XIX, gracias a los aportes
indígenas y africanos existentes en los antiguos departamentos de Antioquia y
Cauca, que se convirtieron en la cuna colombiana del bambuco.
Del vals al pasillo andino
En el siglo XIX en Europa, se propagó desde Viena (Austria)
la música y danza de salón llamada waltz (vals) que al llegar a nuestro país se
comenzó a distinguir con el nombre de "el strauss”, nombre tomado del
apellido del famoso compositor de valses Johan Straus. Gracias a la
sensibilidad artística de nuestros músicos, este aire musical se fue
transformando en el "vals del país" o el "colombiano" y más
recientemente en el "pasillo".
De los refinados salones de las principales ciudades
colombianas, pasó a las plazas públicas y allí se convirtió en el "pasillo
fiestero" que ha llegado a ser pieza obligada de las bandas de
pueblo. Por último, es importante resaltar que la alianza entre nuestros
poetas y compositores le ha dado al pasillo una alta calidad expresiva que se
manifiesta de muchas formas en estos sentidos y conmovedores cantos del alma colombiana.
Costa pacífica colombiana
El trabajo de los esclavos africanos hizo prosperar las
grandes haciendas del viejo Cauca (Chocó, Valle, Cauca, Nariño) y su mano de
obra en las minas significó primero un enriquecimiento para la corona española
y luego para los grandes terratenientes criollos. Las culturas africanas
llegadas a esta costa fueron sensibles a la influencia cultural española, lo
cual explica la gran asimilación y reinterpretación que hicieron de ella.
Dados los lujos de la aristocracia caucana, la música y la
danza cortesana de Europa fue muy frecuente en sus tertulias y saraos (bailes)
en donde se distraían al ritmo de danzas, contradanzas, mazurcas, polcas, jotas
y algunos romances a cargo de señoritas aficionadas al canto. Es importante
mencionar el papel que desempeñó un reducido número de esclavos dedicados al
servicio doméstico, pues su contacto directo con la música y danza de sus amos,
les permitió iniciar el proceso de asimilación, difusión y cambio de estas
manifestaciones culturales europeas.
La religión católica con sus festividades de San Juan y
Navidad, influye profundamente en el canto religioso popular de los esclavos,
que gradualmente fueron substituyendo divinidades y ritos por salves a la Madre
de Dios, trisagios, arrullos a los santos y al Niño Dios, balsadas fluviales y
en honor a San Juan y para la Navidad.
El aporte cultural africano más fuerte y arraigado está en
el currulao y el bunde, en el grupo musical constituido por marimbas de Chonta,
conunos macho y hembra, bombo y el antiquísimo canto antifonal africano a cargo
de las "cantaoras" y "repondeoras" que se
acompañan con los guases (maraca tubular africana).
Los aborígenes fueron tomando a su manera y sentir el canto
popular español y los instrumentos de cuerdas (guitarricos, vihuelas, violines,
arpas) que introdujeron los jesuitas y fueron mezclándose con carracas, maracas
(capachos), y aun tomando la popular zambumbia de los campesinos españoles
emigrantes.
MAPA GEOGRÁFICO UBICACIÓN DE LAS DISTRIBUCIONES MUSICALES EN COLOMBIA
historieta de la importancia de la música
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